miércoles, 14 de agosto de 2013

La leyenda sigue viva...


Coco… Ejemplo de esfuerzo y sabiduría, ejemplo de estilo y saber estar, ejemplo de elegancia y discreción. Ese halo de simplicidad y elegancia que envuelven cada uno de sus diseños, hacen que su estilo sea único, inconfundible e irrepetible. Chanel, esa fuente de inspiración, esa magia que envuelve sus patrones tan elegantes, tan sencillos y tan elaborados a la vez. La historia de Coco deja ensimismada... cómo de la nada nace esa elegancia innata dentro de sí misma, cómo entiende la moda de manera diferente al resto, cómo entiende la sastrería de forma diferente a los demás. Se adentra en un mundo de hombres, se atreve a crear diseños inhóspitos hasta su llegada, rompiendo todas las reglas; nunca nadie de su época pensó que las mujeres pudieran vestir con un sastre de forma tan elegante y sensual a la vez. Coco dio paso a una nueva forma de entender el arte de vestir, un icono ejemplar en el mundo de la moda, que nació en su época pero nunca morirá. Su estilo es único, sus diseños infinitos e irrepetibles, su fuerza en cada uno de sus modelos, su estilo elegante, sobrio y ese charme francés , hacen que, para mi gusto, se trate de la mejor diseñadora que haya existido a lo largo de todos los tiempos.
 
  
Elegante, discreta y fabulosa...  así es la Maison.
 

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